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Excursión de 3 días al Desierto del Sahara

  • Foto del escritor: Laura Martín Pérez
    Laura Martín Pérez
  • 2 dic 2018
  • 6 Min. de lectura

Y aquí tenéis nuestra excursión de 3 días al Desierto del Sahara desde Marrakech!! Por cierto, si queréis ver nuestro itinerario completo y cuánto nos gastamos, aquí tenéis el post que publiqué hace unos días:

DÍA 2:

¡Buenos días! ¡¡Hoy nos vamos al Sáhara!! Y, por el camino, haremos una paradita en uno de los pueblos que más ganas tenía de conocer: Ait Ben Haddou, ¡escenario de muchísimas películas!

Para ir al desierto contratamos una excursión organizada de 3 días saliendo desde Marrakech y acabando en Fez, y nos costó 140 euros por persona e incluía los traslados y 2 noches de hotel/jaimas. Por lo que escuchamos una vez allí de gente que estaba en la excursión con nosotros, sale mucho más barato reservarlo allí, pero nosotros íbamos con los días muy justos y queríamos asegurarnos de poder ir esos días.

Así que, a las 7 de la mañana, nos pasaron a recoger por nuestro hotel/riad y, después de dar varias vueltas por Marrakech recogiendo al resto de gente, sobre las 8 de la mañana empezamos el camino hacia el desierto.

Poco después de una hora de camino, llegamos a una carretera cortada por la nieve. Nos dijeron que no sabían cuánto podrían tardar y que quizás ni siquiera abrían la carretera ese día. Aun así, esperamos, 1, 2, 3 horas… y, después de 4 horas esperando, empezamos a ponernos nerviosos e intentamos hablar con nuestro conductor para ver qué opciones teníamos, pero no conseguimos averiguar nada. Entre todos conseguimos hablar con algunos hoteles donde habían reservado la excursión y nos dijeron que si queríamos podíamos anular la excursión, pero que no nos podían asegurar que nos devolvieran el dinero, que, en todo caso, lo más probable sería que nos cobraran ese día, es decir, un tercio de lo que habíamos pagado (simplemente por conducir un par de horas y no llegar a ningún sitio). Puestos a no recuperar el dinero, decidimos esperar, y cuando ya llevábamos 5 horas allí por fin abrieron la carretera.

Una de las cosas que más me molestó fue el hecho de que ellos ya sabían que la carretera estaba cortada antes de salir de Marrakech y, aun así, fueron. Y una vez allí entendí por qué. Estuvimos parados en una gasolinera que, después de las 5 horas, había agotado toda la comida que tenía, con lo cual, esa empresa se estaba forrando a nuestra costa. Además, había un par de puestos callejeros ubicados ahí momentáneamente hasta que se abrieran las carreteras. Por suerte, nosotros llevábamos comida encima, por lo que decidimos no comprar nada allí y no fomentar que se aprovechen así del turista.

Una vez de vuelta al autobús, empecé a disfrutar, ya que el camino desde Marrakech hasta Ait Ben Haddou es realmente precioso. Vimos una gran variedad de paisajes: desde montañas completamente nevadas hasta paisajes más áridos con los colores típicos del desierto.

Y sobre las 4-5 de la tarde llegamos a Ait Ben Haddou, pero sin comer. Así que antes de la visita nos llevaron a un restaurante, donde perdimos prácticamente una hora. Y ahí va otra de las cosas que no me gustó. Las comidas no están incluidas en el tour, pero ellos te llevan a comer a sitios prácticamente desiertos, donde no hay ninguna otra opción, con lo cual tienes que comer allí y pagar un precio desorbitado para los precios de Marruecos (hasta tienen una carta especial para nosotros!). Para que os hagáis una idea, en pleno centro de Marrakech cenamos tajine con cocacola por 4 euros, y allí pagamos 10-12 sin bebida!!

Pero bueno, valió la pena. La verdad es que Ait Ben Haddou es tan impresionante, o más, de lo que se ve en las fotos. Me quedé enamorada de ese pueblo y, la verdad, es que me encantaría volver algún día, ya que con todos los inconvenientes que tuvimos, sólo estuvimos allí poco más de una hora.

Ya sobre las 7 de la tarde volvimos al bus y seguimos el camino en dirección a las Gargantas de Todra hasta llegar a nuestro hotel, donde pudimos cenar y descansar de las muchísimas horas de trayecto. La verdad es que el hotel era bastante cutre, sobre todo por el hecho de no tener calefacción y, teniendo en cuenta que estaba todo nevado y que estábamos prácticamente en el desierto, pasamos la noche congelados.

Pero conseguimos descansar un poco y reponer fueras para nuestro siguiente día!

DÍA 3:

¡Nuevo día en este increíble país!

El despertador sonó tempranito y en seguida bajamos a desayunar y empezamos nuestro camino hacia las Gargantas de Todra pero, antes, paramos en un pueblo bereber a hacer una visita guiada por el pueblo y conocer más sus costumbres.

Un detalle a tener en cuenta cuando visitéis Marruecos u otros países generalmente pobres, es intentar no darles dinero a los niños que van pidiendo por la calle. Normalmente, esos niños deberían estar en el colegio, pero se escapan para intentar sacarles dinero a los turistas y, si ven que ganan dinero, siguen haciéndolo y dejar de ir al colegio. Por eso, es importante intentar no darles nada y así intentar obligarles a recibir una educación.

Después de pasar un par de horas conociendo el pueblo bereber, nos fuimos hacia las Gargantas de Todra, un lugar alucinante!! Estuvimos paseando por ellas una hora aproximadamente y luego nos fuimos a comer. Y ya después de comer por fin nos íbamos ¡al desierto!


La verdad es que yo tenía muchas ganas de ir, ya que había estado hacia poco más de un año en el desierto de Dubai y me encantó, pero no tuve la oportunidad de dormir en el desierto; así que en parte era una experiencia nueva de la que tenía muchas ganas.

Llegamos al desierto de Merzouga justo al atardecer, dejamos las mochilas en el coche (cogimos solo lo imprescindible para pasar una noche) y nos fuimos a coger los camellos, que nos llevaría hasta las jaimas donde pasaríamos la noche.

La experiencia en camello no me disgustó, aunque la verdad es que preferiría haber ido andando. El camino hasta las jaimas fue de una hora más o menos y, además de que no es muy cómodo estar tanto rato sentado encima de un camello, algunos estaban bastante mal cuidados; así que, si alguno va, podéis mirar otras opciones, como hacerlo en quad (aunque supongo que es más caro).

Después de una hora de paseo llegamos a las jaimas, ya prácticamente de noche. Allí dejamos nuestras cosas y nos fuimos al “comedor”, donde conocimos a muchísima más gente que venía de otros tours. Así que mientras esperábamos a la cena, tuvimos un buen rato para charlar y compartir experiencias y sueños.

Y después de cenar salimos a admirar el cielo y había muchísimas estrellas!! El cielo estaba precioso; creo que nunca había visto tantas estrellas!! También paseamos un rato cerca de nuestras jaimas, pero en seguida nos entró mucho frío, así que volvimos y nos fuimos a dormir.

La verdad es que yo esa noche con el frío no dormí prácticamente nada (estábamos en medio del desierto donde lo único que nos separaba del exterior era la tela de la jaima), así que espero poder volver a repetir la experiencia en alguna otra época para poder disfrutarla más!

DÍA 4:

¡Buenos días desde el Sahara! El despertador sonó sobre las 5 de la mañana para poder ver el amanecer mientras volvíamos en camello hasta donde teníamos el coche para seguir con nuestra ruta.

La verdad es que por la mañana tenía aún más frío que la noche anterior, pero los colores del cielo durante el amanecer fueron aún más bonitos que los del atardecer del día anterior (estaba nublado). Y sobre las 7 de la mañana llegamos a una especie de hotel donde nos dieron de desayunar para espabilarnos y empezar nuestro camino hacia Fez (podéis hacer la misma excursión que nosotros, pero volviendo a Marrakech si os va mejor).

Después de muchas horas, varios inconvenientes por carreteras cortadas y tener que pagar un plus de 10 euros si queríamos que nos llevaran por otra carretera que estuviera abierta, llegamos a Fez sobre las 6 de la tarde. Una vez allí, fuimos directos a nuestro riad, dejamos las cosas y charlamos un rato con el dueño del hotel, que nos estuvo explicando qué podíamos ver y hacer en la ciudad. Así que el trato fue genial y, después del cabreo con los conductores que nos llevaron y devolvieron del desierto, la verdad es que nos hacía falta esa amabilidad! Y ya sobre las 7 de la tarde salimos a dar una vuelta por la medina de Fez y cenamos en pleno centro de la ciudad, aprovechando para hacernos una idea de dónde estábamos y como llegar a los sitios (es una ciudad completamente llena de laberintos!).

Y ya sobre las 9:30-10 de la noche volvimos a nuestro riad para descansar, que al día siguiente nos íbamos a Chefchaouen!

¡Buenas noches!

PD: Posiblemente, si volviera a Marruecos, intentaría alquilar un coche y hacerlo por mi cuenta, para así evitar gran parte de los inconvenientes que tuvimos y disfrutar muchísimo más del viaje!

Continuará...

 
 
 

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